La importancia de la continuidad del servicio en los sectores esenciales

El pasado 30 de marzo el Gobierno de España decretó el endurecimiento de las medidas en la lucha contra el Covid19 y obligó al cierre de empresas e industrias que se consideraban “no esenciales” para el funcionamiento del país. Eran los días más duros de la primera oleada del coronavirus, con las UCI’s desbordadas y más de 1.000 muertos diarios abarrotando las morgues (oficialmente, porque hoy todos sospechamos que las víctimas eran bastantes más).

Aprendimos entonces que no todos los trabajos son iguales y que no todas las industrias son igual de importantes para el funcionamiento de un país. Si algo nos enseñó el estado de alarma y el confinamiento que sufrimos la pasada primavera es que hay determinados sectores que, pase lo que pase, deben estar operativos al 100%.

Con todos los españoles encerrados en sus casas, aplaudiendo la valentía de los sanitarios desde los balcones y frotándose los ojos al ver las calles de todo el país vacías como nunca antes las habíamos visto, nos dimos cuenta de que ciertas empresas tienen que estar operativas 24 horas al día 7 días a la semana. Y que recurrir a grupos electrógenos o generadores eléctricos es, en muchos casos, una cuestión de vida o muerte.

Ahora, con el peligro de una segunda oleada acechándonos, es un buen momento para repasar esos sectores esenciales y preguntarnos si está suficientemente garantizada la continuidad del servicio en ellos.

Industrias y sectores estratégicos:

El real decreto del 30 de marzo de 2020 establecía como industrias y/o sectores estratégicos los siguientes:

  • Todas aquellas empresas e industrias que participan en la producción y/o en la cadena de abastecimiento del mercado de bienes y servicios de primera necesidad (alimentos, bebidas, alimentación animal, productos higiénicos, medicamentos, productos sanitarios o cualquier producto necesario para la protección de la salud).
  • Servicios de hostelería y restauración a domicilio.
  • Empresas involucradas en la cadena de producción y distribución de bienes, servicios, tecnología sanitaria, material médico, equipos de protección, equipamiento sanitario y hospitalario y cualesquiera otros materiales sanitarios.
  • Industrias dedicadas al suministro, de equipos y materiales necesarios para el correcto desarrollo de las actividades esenciales recogidas en este anexo.
  • Sector transporte, tanto de personas como de mercancías relacionadas con las industrias consideradas esenciales.

  • Empresas que prestan servicios a Instituciones Penitenciarias, protección civil, salvamento marítimo, prevención y extinción de incendios, seguridad de las minas, y de tráfico y seguridad vial. Empresas de seguridad privadas que presten servicio a transportes, respuesta ante alarmas, de ronda o vigilancia discontinua, y servicios de seguridad para servicios esenciales y el abastecimiento a la población.
  • Industrias dedicadas al mantenimiento y suministro de materiales y equipos a las Fuerzas Armadas y demás cuerpos y fuerzas de seguridad del estado.
  • Establecimientos sanitarios, que atiendan a personas mayores, menores, dependientes, personas con discapacidad, así como los dedicados a la atención sanitaria de animales.
  • Industrias necesarias para el funcionamiento de los medios de comunicación, incluso los puntos de venta de prensa, agencias de noticias de titularidad pública y privada, así como las dedicadas a su impresión o distribución.
  • Sector financiero, incluyendo empresas de servicios financieros, incluidos los bancarios, de seguros y de inversión.
  • Sector de telecomunicaciones y de servicios informáticos, así como aquellas redes e instalaciones que los soportan y los sectores o subsectores necesarios para su correcto funcionamiento.
  • Abogados, procuradores, graduados sociales, traductores, intérpretes y psicólogos y que asistan a las actuaciones procesales no suspendidas, así como servicios en despachos y asesorías legales, gestorías, administrativas y de graduados sociales, y servicios ajenos y propios de prevención de riesgos laborales, en cuestiones urgentes. Se incluyen también las notarías y registros para el cumplimiento de los servicios esenciales fijados por la Dirección General de Seguridad Jurídica y Fe Pública.
  • Empresas dedicadas a los servicios de limpieza, mantenimiento, reparación de averías urgentes y vigilancia, así como las que presten servicios en materia de recogida, gestión y tratamiento de residuos peligrosos, residuos sólidos urbanos, peligrosos y no peligrosos. Recogida y tratamiento de aguas residuales, actividades de descontaminación y otros servicios de gestión de residuos y su transporte.

  • Empresas de abastecimiento, depuración, conducción, potabilización y saneamiento de agua.

En los días posteriores al 31 de marzo esta lista se fue incluso ampliando, ya que las autoridades, y toda la población en general, nos dimos cuenta de la importancia vital de ciertas actividades productivas que hasta la fecha habíamos contemplado sólo como simples negocios.

¿Y dónde encajaba yo en todo esto?

Fue en aquellos fatídicos días cuando fuimos conscientes de que no solo los sectores tradicionalmente considerados estratégicos (como el transporte, las fuerzas y cuerpos de seguridad del estado, la energía y las telecomunicaciones), eran esenciales. Si no que había muchísimas empresas e industrias interrelacionadas que era necesario mantener plenamente operativas para que el país, aun estando confinado o en cualquier otra circunstancia, siguiera funcionando.

Entonces me di cuenta de la importancia de mi trabajo y de la responsabilidad que conllevaba dirigir una empresa como la mía, dedicada a suministrar grupos electrógenos para garantizar la continuidad del servicio a todo tipo de industrias y empresas.

En mitad de la incertidumbre y del miedo al futuro me invadió la certeza de que, pasara lo que pasara, ayudaría a mi país a no detenerse y a superar la maldita pandemia.

Me ratifiqué en mi idea de negocio y me dije a mi mismo que ahora estaba seguro de cual era mi destino en la vida. Creo que todos tenemos una misión y esta es la mía y la de mi empresa: garantizar la continuidad del suministro eléctrico para ayudar a la industria a no detenerse, pase lo que pase, 24 horas al día, 7 días a la semana.

Déjame que te explique cómo puedo cumplir mi misión y ayudar a las empresas a no detenerse bajo ninguna circunstancia.

Soluciones que garanticen la continuidad del servicio de las industrias vitales para el funcionamiento de un país

A excepción de las grandes industrias que tienen sistemas de cogeneración para proporcionarse su propia energía, la mayoría de las empresas de este país necesitan, si quieren tener la seguridad de que podrán continuar trabajando bajo cualquier circunstancia, contar con generadores o grupos electrógenos.

Dependiendo del tamaño de la empresa y de la actividad a la que se dedique, las necesidades de energía pueden variar totalmente. A la hora de proporcionar una fuente de energía de emergencia es necesario conocer con detalle el tipo de instalación previa existente, así como estudiar con detenimiento los consumos reales que se necesitarán cuando el grupo electrógeno entre en acción.

Es por ello que el primer paso es siempre un estudio previo de la industria en cuestión, realizado por un grupo de ingenieros especializado y experto que deben ayudar a adecuar el tamaño del grupo a las necesidades reales. Si sobredimensionamos el equipo incurriremos en costes innecesarios y si minusvaloramos las necesidades energéticas no ofreceremos toda la potencia necesaria cuando la conmutación ponga a funcionar el grupo electrógeno, echando por tierra todo el esfuerzo previo.

Una vez conocidas las necesidades de potencia que tenemos en una industria o empresa, la siguiente pregunta debe ser cuál de estos servicios es el que más encaja en para el caso en cuestión y que básicamente son tres:

  • Compra del grupo electrógeno. Cuando existe una gran estabilidad temporal de la necesidad energética supletoria.
  • Alquiler del grupo electrógeno. Si se requiere un apoyo de energía durante un tiempo determinado (traslado de las instalaciones, espera de permisos de industria para la instalación eléctrica definitiva, eventos puntuales que consumen más energía de la instalada inicialmente, etc.)
  • Revisión y puesta a punto de un generador existente. En ocasiones, cuando hablamos de motores de la calidad de Perkins, Leroy Somer o FG Wilson ya instalados, puede ser suficiente con realizar una actualización y renovación de ciertas piezas del grupo electrógeno. Si el equipo instalado es de calidad contratar un buen servicio de mantenimiento es la mejor garantía de éxito.

En cuestión de grupos electrógenos no hay nada menos rentable y más caro que elegir un socio por precio, porque solo un buen asesoramiento conduce a la mejor solución para cada caso.

Javier Nogués
Cofundador y socio de Power Works  Grupos Electrógenos

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